martes, 29 de noviembre de 2011

Rubén Martín: “El problema del retardo es el problema de la radio deportiva en el siglo XXI”

Se llama Rubén Martín y, a pesar de su juventud, este periodista ya está curtido en más de una y de dos batallas. Se dedica a varias actividades –televisión, docencia universitaria… – pero, quizás, su labor por la que más se le conoce es por ser una de las principales voces en las narraciones de ‘Tiempo de Juego’, en la cadena COPE. A esta emisora llegó en agosto de 2010, junto a otro buen número de compañeros. Asegura que fue un inicio duro pero que ya da sus frutos. Charlamos con él sobre la situación que atraviesa la radio deportiva.


Por empezar con uno de los hechos más noticiosos de las últimas semanas: ¿Te sorprendió la reacción de la gente después de que Lama abandonase la cabina de la COPE durante la retransmisión del partido Inglaterra – España, por los motivos que luego se explicaron?
Sí, a mí me sorprendió mucho. Entiendo que a la gente que no nos conoce le pueda sorprender… o no captar que era una broma. Pero, por lo general, la gente se da cuenta de que se trataba de una broma… Me sorprendió mucho ver un artículo que rebotaban las agencias en el que se decía que Manolo Lama desmentía que iba a dejar la COPE. ¿Pero cuándo ha dicho Manolo Lama que fuera a dejar la COPE?

Ése es un hecho concreto. Pero lo cierto es que los periodistas deportivos últimamente son el centro de atención, la noticia.
Sí pero a mí eso me parece horrible. Llevamos arrastrando eso desde el trasvase que hubo de la SER a la COPE y no me gusta nada. Creo que es una de las peores cosas que pueden hacer los periodistas, que es hablar de sí mismos. No me gusta eso. Además, creo que nos perjudica. Cuando la gente detecta que hablamos de nosotros mismos, se cansa. Y Paco tiene una frase muy buena que dice: “A mí me han dado un micrófono para que la gente se sienta a gusto; no para que yo me quede a gusto”.

Otra de las noticias más actuales es la problemática que existe y por la que no podéis narrar desde los propios campos en 1ª División, ¿qué opinión tienes sobre esto?
Hemos arreglado una cosa, que es lo del retardo. Es la única cosa buena que tiene esto de no narrar desde los campos. Pero todo lo demás es horrible… Se nota que no narramos desde el campo. Pero hay una cosa que es peor que todo eso: por lo general, la gente no deja de ver la televisión para poner la radio sino que comparte. La radio es compatible con la tele. Si ofrecemos lo mismo que la televisión, estamos muertos. Y mientras dependamos del tiro de cámara de un realizador, ofrecemos lo mismo que la tele. En cambio, si tenemos periodistas en el campo, aportamos otro tipo de cosas. Si esto perdurara en el tiempo, tendríamos que ser muy originales para que la gente no dejara de seguirnos.

El problema resulta evidente, sobre todo a la hora de darle ritmo a lo lución. Imagino que no es lo mismo retransmitir desde el campo que viendo un determinado partido por un televisor.
Claro. No tiene nada que ver. Incluso, a veces, ahora tenemos que sobreactuar. No pierdes lo fundamental pero pierde brillo. Para alguien que lleve escuchando muchos años la radio, lo percibe al minuto. Y, sobre todo, pierde la capacidad de ser distinto a la tele.

Precisamente, el éxito de la retransmisión deportiva radiofónica ha llevado incluso a que las locuciones por televisión tiendan a ser muy radiofónicas.
Sí. Y se equivocan. Un narrador que en la tele, por el éxito de la radio, pretenda hacer radio, se equivoca. Y la gente lo detecta rápido.

Y en cambio –con los factores anteriores cambiados– a veces en la radio se hace alusión a las imágenes, imagino que inconscientemente y sin darse cuenta de que puede haber oyentes que sólo sean eso: oyentes y no telespectadores.
Sí. Ése es otro de los riesgos de que el narrador narre por la tele. La tele nos aporta y utilizamos el refuerzo de la imagen para discutir, por ejemplo, una jugada polémica. A veces, nos equivocamos hablando sólo para la gente que está viendo la tele porque el que esté en un coche, está desesperado. Paco, para eso, tiene una cabeza brillante y él se da cuenta y, si hay un gol, él vuelve a explicar lo que ha pasado –un ejercicio de refuerzo– y lo mismo hace con cualquier jugada determinante. Una segunda explicación nunca está de más en la radio.

Comentabas antes lo del retardo. ¿Hasta qué punto os perjudica que el sonido radiofónico llegue antes que la imagen?
Tenemos que hacer todo lo posible para que la gente se quede. El problema del retardo es el problema de la radio deportiva en el siglo XXI. No es una cosa pequeña. Competimos con la imagen y hemos conseguido ser compatibles con la televisión. Ahora todos los partidos se ven por la tele y para conseguir que la gente nos siga, hemos de aportar algo distinto. Hay cosas en nuestra contra; la más grave es que la gente que se acostumbró a ver la radio mientras veía el partido, ahora cuando hay un retardo no ajustado a la imagen, se va para que no le destripemos el partido. Entonces nos escucha cuando no ve el partido. ¿Cómo se arregla? La solución es retardar toda la señal.

Aparte de las características puramente sonoras de las que venimos hablando, ¿crees que a veces el lenguaje se deja un poco de lado?
Yo no puedo hablar por los demás. Pero yo sí intento tratar de ser correcto con el lenguaje y sé que hay mucha gente que también lo hace Yo procuro no pegar ninguna patada al diccionario. Sí detecto que hay un cierto interés de los periodistas, especialmente de los narradores, en cuidar el lenguaje, que es nuestra herramienta fundamental.

¿Esto se podría mejorar desde las propias universidades, dando más énfasis al periodismo especializado y, en este caso, al deportivo?
Sí. Hay que tener en cuenta datos como que el periódico más leído en España es un periódico deportivo –Marca–; la hora más escuchada de la radio durante muchos años ha sido la franja entre las 00.00 y la 01.00, que la ocupan programas deportivos; si te vas a la tele, los programas más vistos de la historia han sido retransmisiones deportivas. En definitiva, la importancia del periodismo deportivo. Y la Universidad no puede vivir de espaldas al periodismo deportivo.

Siguiendo con este mismo factor académico, en el plano personal compaginas la radio con la docencia. Aunque me lo puedo imaginar, ¿con cuál te quedas?
Me gustan mucho las dos pero yo me siento como un periodista que da clase en la Universidad; no como un profesor que trabaja en la radio. Dicho lo cual, me llena mucho dar clase en la Universidad y, sobre todo, aprender de mis alumnos, que me han enseñado muchas cosas; por ejemplo, lo de las redes sociales, de las que estaba absolutamente desenchufado hace unos años.

Antes de finalizar, quisiera acabar preguntándote por el EGM. Cuando están a punto de conocerse los datos de la tercera oleada de 2011, ¿qué opinión te merece este estudio?
Yo, contrariamente a lo que pasa siempre, soy optimista. En el primer EGM en la COPE me fui a Salamanca… fue un comienzo en el que trabajamos mucho desde que debutamos con la Supercopa en Mónaco hasta el primer EGM de diciembre… Yo, una semana antes de que saliera, le dije a Paco: “No quiero saber lo que diga el EMG. Porque, diga lo que diga, no va a reflejar el esfuerzo que hemos hecho nosotros. Me fui a La Alberca porque no quería saber nada. Luego la gente estaba contenta porque fue un buen EGM. Por ejemplo, respecto al último EGM, yo creo que la sensación que hay en la calle es una bien distinta a lo que el último EGM reflejó. A lo mejor también es mi calle. Yo no creo estar en la posesión de la verdad nunca. Independiente de la sensación que yo tenga, hay indicadores que son objetivos. El del EGM es objetivo y muy válido, es en el que se basa la radio; dicho lo cual, es una encuesta de recuerdo: a mí mucha gente me dice que escucha el Carrusel de la COPE. Entonces, claro, ¿eso a quién se le apunta? Pero hay otros medidores, como las redes sociales, Facebook y Twitter. ¿Es un indicador válido para toda la población? No pero creemos que sí indica que los jóvenes de ahora se han venido. Incluso otros indicadores, como los anunciantes, que hacen sus propias pruebas. Otro indicador más, como la noticia última de la que hablábamos al principio: lo de Lama. Que se hable de eso es un motivo que nos hace pensar que la gente nos escucha.

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